Valeria Correa Fiz
2. ALIENTO VEGETAL
Después de la tormenta,
el vaivén de las hojas celebra la supervivencia desde lo alto
sobre el lecho de ramas arrancadas por el viento
que se precipitan hacia la podredumbre
de su estructura.
Es una música de alivio luego del odio de la lluvia
que escucho como una letanía que debo aprender:
toda pregunta es
un lujo de la mente
y el sentimiento de desolación, inútil.
Los árboles me susurran
que ni el desorden del mundo,
ni su propia destrucción
les competen.
17. EXILIO
No duele
la noche de la carne ni el cardo
en las heridas.
Duele en los tendones el saber
que no hay
adonde regresar.
28. SILENCIO, HOSPITAL MILITAR
Ese olor a desinfectante
precipitándose por las venas hacia la garganta
contra las cuerdas vocales
ese ahogo
cuando ajustan los hilos las Parcas y el mundo
rechina en su óxido orbital
cubren el cuerpo
como una sábana blanca o un silencio
de tijeras.
37. NATURALEZA PERDIDA*
Hay que acostumbrarse a perder poemas. Como se pierden
hombres y recetas,
llaves,
calcetines y religiones.
No necesitamos malos poemas:
1. Poemas feto o sacados con fórceps de entre los dientes
2. Poemas atroces escritos con la letra distraída de las buenas intenciones
3. Poemas helados en el instante sucio de la nieve.
4. Poemas infértiles, de frutos de plástico
5. Poemas llagaviva-en-un-cuenco-de-tristeza
6. Poemas graves o que fingen ser agudos
7. Poemas adheridos a las sombras
8. Poemas trepadores
9. Poemas mecánicos
10. Poemas sin pilas
11. Poemas de mi infancia y mercurio
12. Poemas de la fiebre y una naranja
13. Poemas llenos de cansancio
14. Poemas agónicos
15. Poemas momia, sin ironía
16. Poemas que nacen envueltos en un sudario
17. Poemas inventario
18. Poemas que riman
19. Poemas en construcción
20. Poemas que lleven la palabra etcétera
21. Etcétera
Y aprender a esperar a que el azar y el caos resplandezcan y se
hagan forma
para que los versos no sean una naturaleza muerta ni perdida:
forma es
fondo sedimentado.
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* Un poema malogrado es como «un cisne: un ángel castigado; un ángel inmovilizado que no ha perdido su pureza, ni sus alas. Unas alas incoherentes, demasiado grandes para tan leve cuerpo, al que no consiguen, sin embargo, arrastrar hacia lo alto y que, más que órgano, son señal, nostalgia de una perdida naturaleza». María Zambrano, Filosofía y poesía.
Valeria Correa Fiz
Valeria Correa Fiz (Rosario, Argentina) es abogada y autora del libro de relatos La condición animal (Páginas de Espuma, 2016), que fue seleccionado para el IV Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez y finalista del Premio Setenil 2017, y de los poemarios El álbum oscuro, distinguido con el I Premio de Poesía Manuel del Cabral 2016, y El invierno a deshoras (Hiperión, 2017), merecedor del XI Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez. Sus relatos han sido recogidos en diversas antologías y traducidos al inglés, francés, rumano y hebreo. Su nuevo poemario es Museo de pérdidas (Ed. La Palma, 2020).