Miguel Ángel Curiel
No leas estas palabras, míralas como al tiempo en su ausencia, la sombra de las ramas en la nieve, esquemáticos dibujos de aire; no iba a dibujar a un hombre, la muerte es una boca y demasiadas luces allí me quitan tu luz; el palo torcido en el que descansa un pájaro es este dibujo. Esta hoja más blanca que otras con el miedo de que se llene de nombres.
(dibujos)
Un pantano seco, y en él suena la sirena de dios contra el chapoteo de tu habla, los pequeños golpes de palabras cansadas.
Lo entendí mal, lo vi mal, lo oí a lo lejos —es por la crisis de las palabras—, las noto hinchadas de mí en esos bulbos negros que entierro para que salga mi ojo.
(pantano de niebla)
No me deja dormir con su aullido el sol. Buscaba por los montes ciudades de hielo al otro lado del sol, al otro lado de ti, al otro lado de la muerte, al otro lado de lo que no tiene lados.
Orlar, vaciar, escuchar la sangre de las ovejas en los ojos, oír la luz en el camino de grava alemana hacia Portugal por encima de un mar oscuro de estrellas hundidas.
(holocausto solar)
Los ojos transmiten ideas, por eso los cierro de vez en cuando a fin de no verme obligado a pensar.
Robert Walser
Una palabra de otro destroza el poema. Espero que le guste el mundo, el sol y la casa sin ventanas. Ese lugar sin mar, huele a pez muerto el cielo. Las flores salen solas, la muerte a solas. Es un cangrejo, lo piso y cruje el sol dentro. Me quemó la espalda. Aquella es la estrella de la muerte. Cae algo de ella.
(a los huéspedes)
Este
clavel
negro
en
el
vaso
negro
de la noche
se ve.
Entre la piedad y la vergüenza las grandes figuras aéreas,
mi sombra azul.
(basura)
Estáis todos
locos
yo no.
Todos
sois
hijos de dios
yo no.
El ego funde la plata en la boca.
El ego
es
un pájaro
dentro
del fósil
del ego.
(ego)
Puntas de astas y ramas calcificadas le guían.
La noche es azul,
es el miedo.
El ala del fin del mundo
se proyecta en la tierra.
Cabras lunares
atraviesan
el puente de hueso.
Intento
sin que se rompa
mi vida
pasar
por el rígido perdón
del sol.
(solar)
Miguel Ángel Curiel
Miguel Ángel Curiel (Korbach Valdeck, Alemania, 1966), poeta español. En el año 2000 gana el accésit del premio Adonais con el libro
El Verano (2001). Entre sus libros destacan El Agua (2002-2012), Hacer hielo (Finalista del Premio Nacional de Poesía, 2015), Astillas (2015), El
Nadador (Finalista del Premio Nacional de Poesía, 2018), Jaraíz (2018). Ha sido becario de la Academia de España en Roma (Beca Valle Inclán para escritores) entre los años 2009 y
2010. Es durante ese periodo en el que comienza a escribir Luminarias (2012), diarios poéticos en construcción.